Eje Articulador 2

Docencia

1. Si NOVA no es sostenible, la universidad no se detiene:

Garantizar que el sistema académico y administrativo responda de manera ágil y confiable a las necesidades de estudiantes, docentes y personal administrativo. La U que merecemos es aquella que evalúa de forma permanente la sostenibilidad técnica, financiera y operativa de la plataforma NOVA, con reportes periódicos de desempeño; que elabora planes de contingencia para asegurar la continuidad de matrículas, notas, becas y trámites críticos más allá de la dependencia de un único sistema; y que implementa procesos de auditoría abierta que generen confianza en su funcionamiento, transparencia en costos y claridad en su evolución. Esta universidad consolida una mesa de usuarios que canalice sugerencias y problemas con participación activa de toda la comunidad, establece indicadores de desempeño y tiempos de respuesta publicados de manera transparente, y fortalece la interoperabilidad con plataformas nacionales e internacionales. Finalmente, prepara una ruta de evolución tecnológica que garantice que, para septiembre de 2026, la universidad cuente con un sistema académico estable, seguro, eficiente y centrado en la experiencia del usuario. No se trata de depender de una herramienta imperfecta: se trata de asegurar que la universidad nunca se detenga, porque esa es la universidad que nos merecemos.

2. Concursos docentes pertinentes, transparentes y orientados a la calidad académica:

Convocar concursos al inicio de la gestión para garantizar independencia y evitar su uso como mecanismo electoral. La U que merecemos es aquella que establece un ciclo anual de evaluación acompañado de apoyos formativos tanto para los docentes concursantes como para los ya vinculados; que incorpora la innovación en la práctica docente como criterio de mérito; y que fortalece la estructura académica para permitir el pleno desarrollo de la docencia, la investigación, la vinculación y la gestión. También es la universidad que reconoce la aceptación estudiantil y la retroalimentación de los aprendizajes como indicadores de calidad, que consolida comités evaluadores con participación académica plural y con veeduría de la comunidad, y que genera informes públicos y transparentes para brindar confianza sobre la pertinencia y equidad de los concursos. No se trata solo de ocupar una plaza, sino de garantizar excelencia, transparencia y legitimidad en cada nombramiento.

3. Respeto y fortalecimiento de la trayectoria docente:

Reconocer el valor académico y humano acumulado por los profesores en sus años de servicio, consolidando una cultura institucional que valore su aporte como base de la vida universitaria. La U que merecemos es aquella que crea un sistema de estímulos que premie la excelencia, la innovación pedagógica y la contribución a la investigación y la vinculación; que diseña planes de actualización permanentes adaptados a las distintas etapas de la carrera docente, con énfasis en la transición hacia el uso de tecnologías y metodologías emergentes; y que implementa programas de mentoría en los que los docentes con más experiencia acompañen a quienes inician su vida académica. Esta universidad desarrolla ceremonias y publicaciones que visibilizan los aportes de los docentes jubilados como parte viva de la historia universitaria, incluye la trayectoria y el impacto docente como criterio fundamental en evaluaciones, promociones y concursos, y consolida un archivo de buenas prácticas que rescate y proyecte el legado académico de la institución. No se trata solo de enseñar, sino de reconocer, valorar y proyectar a quienes han hecho grande a la universidad.

4. Evaluación docente con base en evidencias

Implementar un sistema de evaluación integral inspirado en modelos de certificación de calidad, donde los procesos se midan con evidencias tangibles y no únicamente con opiniones recogidas en formularios. La U que merecemos es aquella que define indicadores claros y objetivos para la docencia, la gestión administrativa y el servicio a la comunidad, alineados con su misión institucional; que construye portafolios virtuales de evidencias con logros académicos, innovación pedagógica, proyectos de vinculación, resultados de investigación, gestión eficiente y buenas prácticas laborales; y que instaura comités mixtos de seguimiento con participación de estudiantes, docentes y personal administrativo, garantizando imparcialidad y transparencia. Esta universidad genera retroalimentación constructiva que se traduce en planes de mejora personalizados y oportunidades de formación continua, reconoce públicamente a quienes destacan por buenas prácticas y convierte la evaluación en un incentivo y no en un castigo. Además, integra la autoevaluación como práctica regular para fortalecer la cultura institucional de mejora continua. No se trata de sancionar, sino de crecer juntos hacia la excelencia.

5. Currículos pertinentes, co-creados con empleadores y observatorios laborales:

Actualizar e innovar permanentemente la oferta académica para alinearla con las demandas laborales, sociales, científicas y productivas, en diálogo con observatorios laborales, empleadores y redes académicas. La U que merecemos es aquella que fortalece el consejo académico articulando posgrado, grado, investigación, cooperación internacional y vinculación con la sociedad; que diseña carreras y posgrados en áreas emergentes de alto impacto científico, social y productivo; y que impulsa programas interdisciplinarios que integren diversos campos del conocimiento. Esta universidad consolida procesos de acreditación y certificación nacionales e internacionales que eleven su prestigio, implementa carreras cortas de carácter técnico y tecnológico, e integra prácticas preprofesionales y proyectos de innovación vinculados al desarrollo regional y nacional. Además, crea consejos consultivos externos por facultad con empresarios, ONGs, municipios y sector productivo para asegurar pertinencia y conexión con el entorno. No se trata de reforma por reforma, sino de garantizar que cada carrera sea pertinente, sostenible y transformadora.

6. Materias transversales y currículos flexibles orientados a la vida y la empleabilidad:

Implementar electivas abiertas entre facultades que permitan movilidad académica interdisciplinaria —como estudiantes de Medicina cursando Innovación en Ingeniería— e incorporar docentes invitados con amplia experiencia práctica sin necesidad de vincularlos permanentemente a la universidad. La U que merecemos es aquella que integra en el currículo asignaturas para la vida como comunicación efectiva, design thinking, análisis de riesgos, inteligencia artificial responsable, finanzas personales, innovación, sostenibilidad y economía circular; que construye un sistema académico en el cual los estudiantes acumulen certificados a lo largo de su carrera (cursos, prácticas, certificaciones, prototipos) y los transformen en un portafolio profesional que complemente su título de grado. Esta universidad también desarrolla una plataforma donde los docentes publiquen retos, las empresas oferten prácticas y los estudiantes postulen a contratos formativos con seguimiento automatizado, y diseña mallas curriculares flexibles con ciclos continuos en asignaturas de alta repitencia, complementadas con MOOC y práctica guiada bajo modelo flipped classroom. No se trata solo de enseñar asignaturas, sino de preparar profesionales con herramientas para la vida.

7. Convertir el inglés en una competencia real para toda la comunidad universitaria:

Incorporar el inglés de manera transversal en las mallas curriculares de grado y posgrado, a través de asignaturas impartidas en este idioma; implementar programas intensivos y progresivos de formación en inglés para estudiantes, docentes y personal administrativo; establecer a la universidad como centro certificador con reconocimiento internacional (ej. TOEFL, IELTS, Cambridge), ofreciendo cursos de preparación y pruebas internas alineadas a estándares globales; generar convenios con instituciones internacionales para programas de intercambio y formación bilingüe; y garantizar que el inglés sea una herramienta práctica de investigación, empleabilidad y movilidad académica. Como parte de la apertura al mundo, se incorporarán bases de mandarín para ampliar las competencias lingüísticas y las oportunidades de cooperación académica y productiva con Asia. No se trata de aprender idiomas como requisito, sino de convertirlos en una verdadera llave de futuro.

8. Generar programas de posgrado pertinentes, accesibles y con cooperación internacional:

Desarrollo de maestrías bajo esquemas flexibles (4+1, 3+2) y doctorados en alianza con universidades internacionales, que permitan el reconocimiento mutuo de créditos y la reducción de tiempos y costos de formación; establecimiento de convenios de movilidad académica y de cotutela de tesis con instituciones nacionales e internacionales; implementación de modalidades híbridas y virtuales que disminuyan gastos de traslado y faciliten la participación de estudiantes de distintas regiones; diseño de programas interdisciplinarios de posgrado vinculados a demandas laborales, científicas y productivas del país y de la región andina; gestión de becas compartidas con organismos multilaterales, sector privado y gobiernos locales para garantizar acceso inclusivo; y creación de un observatorio de pertinencia académica que evalúe la calidad, actualización y aporte real de la oferta al desarrollo social. No se trata de tener más títulos, sino de ofrecer posgrados transformadores y conectados al mundo.

9. Comunicación institucional:

Diseñar un programa institucional de estímulos y acompañamiento que permita a los docentes acceder a posgrados de alto nivel, priorizando aquellas áreas del conocimiento donde aún no existen doctores y que resultan estratégicas para el desarrollo académico, científico y social de la universidad y del país.
Se establecerán convenios con universidades de prestigio mundial para abrir becas parciales, créditos educativos blandos o apoyos complementarios para quienes logren admisión en programas de doctorado; se creará un fondo competitivo para financiar movilidad académica, pasantías de investigación y estancias cortas en centros internacionales de excelencia; y se implementarán mecanismos de reconocimiento y reintegro académico para que el conocimiento adquirido por los docentes se traduzca en innovación curricular, investigación de impacto y proyectos de vinculación con la sociedad.
La articulación con organismos nacionales e internacionales de cooperación permitirá ampliar recursos y oportunidades, consolidando una política universitaria que no solo impulse el desarrollo individual de los docentes, sino que fortalezca a toda la comunidad.
Porque la universidad que nos merecemos es aquella que cree en su profesorado, invierte en su formación y convierte ese conocimiento en transformación real para sus estudiantes y para la sociedad.

10. Tesis 360 – Grado con Impacto (trabajos de titulación útiles, interdisciplinarios y vinculados al territorio):

Transformar la titulación en una experiencia formativa con impacto real, que deje atrás la visión burocrática de la tesis como un requisito, y la convierta en una herramienta para cambiar la sociedad. Para ello, se integrarán las prácticas de vinculación con el trabajo de grado mediante convenios con GAD provinciales, cantonales y parroquiales, así como con entidades públicas, privadas y comunitarias.
Se implementarán modalidades de titulación interfacultades e intercarreras que fomenten la innovación, el diálogo de saberes y el trabajo colaborativo; se simplificarán los procesos administrativos para eliminar barreras innecesarias y agilizar la graduación; y se acompañará a los estudiantes con tutorías académicas, metodológicas y emocionales que fortalezcan sus capacidades y reduzcan la deserción en esta etapa crítica.
Los proyectos de grado se orientarán hacia la solución de problemas reales del territorio, del sector productivo y de la sociedad, promoviendo la generación de prototipos, emprendimientos, políticas públicas o modelos de gestión como resultados de tesis. Además, se establecerán mecanismos de cofinanciamiento y apoyo logístico con instituciones aliadas para potenciar el alcance de los trabajos.
De esta manera, la tesis dejará de ser un trámite y se convertirá en la primera experiencia laboral y ciudadana de los egresados, formándolos como profesionales capaces de ser líderes de cambio y no solo empleados. Porque la universidad que nos merecemos es aquella donde cada esfuerzo académico se traduce en soluciones concretas para nuestra gente y nuestro territorio.

11. Identidad y saberes ancestrales:

Rescatar, preservar y proyectar los saberes ancestrales y la identidad cultural de la región andina como parte esencial de la formación universitaria. Se desarrollarán cursos especializados sobre oficios tradicionales en riesgo de desaparecer, dictados en co-docencia por maestros artesanos y pedagogos universitarios, que incluyan prácticas en talleres y certificación de educación continua.
Se incorporará el aprendizaje de quichua como valor agregado en la formación integral, reconociendo la diversidad lingüística y cultural de la región; se crearán programas que fortalezcan los saberes comunitarios, vinculando a estudiantes y docentes con comunidades locales en procesos de reciprocidad y aprendizaje mutuo.
Asimismo, se impulsará la organización de ferias, laboratorios vivos y espacios de intercambio intergeneracional para transmitir conocimientos en artesanía, agricultura, música, gastronomía y medicina tradicional. Estos espacios no serán solo de exhibición, sino de creación viva y participativa.
Se promoverán proyectos de investigación y vinculación que documenten, preserven y actualicen la identidad cultural, poniéndola en diálogo con los retos contemporáneos y las oportunidades del mundo actual. Con ello, la Universidad de Cuenca se consolidará como un actor que honra y dinamiza el patrimonio vivo de los pueblos y nacionalidades, convirtiéndose en un puente entre tradición y modernidad.
Porque la universidad que nos merecemos es aquella que no solo forma profesionales para el futuro, sino que también protege y revitaliza la memoria, los saberes y la identidad de quienes nos precedieron.

12. Tecnología e inteligencia artificial:

Consolidar una universidad que aproveche de manera integral las oportunidades de la transformación digital para fortalecer la docencia, la investigación, la vinculación y la gestión. Se impulsará la incorporación responsable y ética de la inteligencia artificial en los procesos académicos y administrativos, garantizando que sea siempre una herramienta de apoyo, inclusión y equidad, nunca de exclusión.
Se desarrollarán programas de formación en competencias digitales e inteligencia artificial para estudiantes, docentes y personal administrativo, de modo que toda la comunidad universitaria pueda desenvolverse en un mundo cada vez más tecnológico. Asimismo, se fomentarán proyectos de investigación y transferencia tecnológica que integren inteligencia artificial, ciencia de datos y automatización con pertinencia social, respondiendo a las necesidades de la región y del país.
La universidad que nos merecemos será también una universidad conectada al mundo: establecerá alianzas con universidades, empresas y centros tecnológicos nacionales e internacionales para acceder a recursos, infraestructura y conocimientos de vanguardia. Todo esto bajo políticas claras de seguridad, privacidad y protección de datos, que resguarden la confianza y los derechos de la comunidad universitaria.
No se trata solo de usar tecnología, sino de humanizarla y ponerla al servicio del aprendizaje, la investigación y la vida universitaria, construyendo juntos una universidad moderna, ética y centrada en las personas.